Claudia Chamorro Sandoval
En salud, ¿cualquier idea o invención es una innovación?
Si hacemos un ejercicio simple y buscamos sinónimos de la palabra “innovación” obtenemos resultados como, novedad, originalidad, cambio, mejora y un sinfín de otros conceptos, pero ¿explican estos sinónimos por si solos en la actualidad lo que es realmente este concepto?
La definición de innovación se transforma constantemente para dar paso a una definición más amplia y aplicable en el contexto donde se utiliza, aportando valor al proceso de creación.
La innovación no es un concepto reciente, solo se ha adecuado a los distintos contextos, por ejemplo, en Marketing una de sus definiciones sería “implementación de un nuevo método de comercialización que se caracteriza por importantes mejoras en el diseño del producto o en su envase, presentación o política de posicionamiento, promoción o precio, siempre que sea utilizado por primera vez por la empresa; en el ámbito de la economía “ es un proceso que modifica elementos, ideas o protocolos ya existentes, mejorándolos o creando nuevos que impacten de manera favorable en el mercado” y así podríamos encontrar más de una definición para este concepto en las distintas áreas de desarrollo.
En el año 2016, el artículo titulado ¿What do we mean by innovation in healthcare? daba cuenta del uso inapropiado del término innovación para definir una serie de desarrollos en salud que no necesariamente lo son, debido básicamente a una comprensión poco clara de lo que significa el término.
Como podemos apreciar la definición de innovación se ajusta constantemente según su contexto de aplicación, es así que la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la "innovación en salud" mejora la eficiencia, la eficacia, la calidad, la sostenibilidad, la seguridad y / o la asequibilidad de la asistencia sanitaria”. La definición de la OMS postula la incorporación de políticas, prácticas, sistemas, productos y tecnologías, servicios y métodos de prestación de salud nuevos o mejorados que dan como producto una atención médica mejorada.
Si consideramos que el fin último de la innovación en salud es la generación de productos que permitan la mejora en la atención de las personas, es absolutamente necesario considerar todos aquellos factores y aspectos que permitan una correcta adopción, lo que generará adherencia en los usuarios y por ende impulsará la introducción del producto en el mercado, constituyendo una INNOVACIÓN. En otras palabras, no basta con tener una idea o realizar una invención, si ésta no es adoptada por los usuarios y por ende no es introducida en el mercado, ya que de esta manera no da utilidad y no contribuye en la mejora de la atención de las personas.
Un ejemplo muy claro es el de las incubadoras NeoNurture, creadas por Timothy Prestero en el año 2008, quién quiso contribuir a la reducción del índice de mortalidad en neonatos de África a través de una incubadora construida con repuestos de vehículos. El contexto principal en ese momento era el siguiente: habiéndose comprobado que las incubadoras salvaban vidas, estas empezaron a masificarse en el mercado, sin embargo, eran equipos médicos muy costosos (al menos para ser adquiridos por países en vías de desarrollo) y complejos. Dado esto se adoptó la modalidad de donación de incubadoras a los países más vulnerables, las cuales provenían desde el “primer mundo”, pero estas presentaban una corta vida útil por dos factores principales; en estos países no existían técnicos especializados en estos equipos y la oferta de repuestos en el mercado era escasa, por tanto, si sufrían un desperfecto debían ser desechadas.
Considerando el problema, Prestero advirtió en terreno la existencia de camionetas de determinada marca y modelo en casi todos los países, entre ellos África; además contaban con servicio técnico y variedad de repuestos. Por otra parte, los africanos conocían de repuestos y de mecánica, por tanto, ya tendrían de una u otra manera personas entendidas en el tema en caso de falla. Es así como consideró realizar una incubadora con repuestos de autos y su idea fue tan exitosa que llegó a los primeros lugares de la lista de los 50 mejores inventos del año de la revista Times.

Se preguntarán ¿qué fue de las incubadoras NeoNurture?. Pues bien, esta idea no paso más allá de ser un buen invento, porque si bien es cierto se reducían costos y se solucionaban la mayoría de los dolores que tenían los hospitales de países en vías de desarrollo al adquirir o reciclar incubadoras, en este proceso de creación no se consideró uno de los aspectos fundamentales para el éxito; la adopción de esta nueva tecnología por parte del personal sanitario. Esta invención no fue adoptada y menos pudo insertarse en el mercado, básicamente por que las instituciones de salud son altamente reguladas y no fue visto con buenos ojos que un equipamiento médico que tendría contacto directamente con un recién nacido, en un ambiente limpio y estéril fuera construido con piezas de autos.
Este ejemplo nos deja una gran lección: ideas buenas pueden existir muchas al igual que inventos, pero para que alguno de ellos se transforme en una innovación, es fundamental considerar tres aspectos fundamentales; 1) Clientes/Usuarios, 2) Problema/Dolor y 3) Propuesta de valor.
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