Laura Araya Cordoba
Teleconsultas en Chile: manteniendo el acceso a salud en el contexto de pandemia (I parte)

El uso de Teleconsultas a nivel global creció sustancialmente durante el año 2020, y es que la pandemia por COVID-19 forzó la adopción de este tipo de estrategias para mantener el acceso a la salud. Una encuesta realizada a 2.700 personas (450 personas en cada país) en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, China y Japón, estableció que un 70% de las personas aplazó o canceló sus tratamientos médicos. Entre las razones entregadas para aplazar o suspender sus tratamientos, se mencionaron las siguientes: a) que era más importante evitar el contagio por COVID-19 que realizar el tratamiento, b) el prestador de salud no pudo mantener la citación por las restricciones de movilidad, c) temor de salir de casa para ir en búsqueda de tratamiento y d) problemas con el transporte que no le permitieron ir a su prestador de salud.
En este contexto, la implementación de estrategias de Telemedicina sirvió para aminorar la presión en los prestadores de salud por demanda no COVID-19, disminuyendo la transmisión del virus al reducir el número de personas y contactos en dichos establecimientos, y a su vez permitió la entrega eficaz de prestaciones a distancia.
En Chile, a pesar de que las estrategias de Telemedicina implementadas se inician en el año 2005, que duda cabe que a partir de la pandemia por COVID-19, el crecimiento de estas estrategias fue exponencial. Antes de la pandemia, el Programa Nacional de Telesalud del año 2018, cifraba en 107.705 teleconsultas de diversas especialidades desde su implementación en el año 2012 a noviembre de 2017. Sin embargo, en mayo de 2020, se señalaba que los prestadores de salud en Chile ya superaban las 6 mil prestaciones a distancia y en agosto de 2020, la cifra alcanzaba las 130.000 mil.
Buscando cuantificar este crecimiento significativo de las Teleconsultas en Chile, indagamos información que nos permitiera caracterizar su producción en el sector público y privado en el año 2020. En la primera parte de este artículo, revisaremos información del sector público y en la segunda entrega, los datos del sector privado.
Teleconsultas en la Red Asistencial
En el caso del sector público, revisamos los datos que entrega el Departamento de Estadísticas en Información de Salud (DEIS), consultando los Reportes de Estadística Mensual (REM) del periodo enero a diciembre 2020 (Serie A, REM-30: Atenciones por Telemedicina en la Red Asistencial). Cabe mencionar que estos datos son preliminares y se encuentran a disposición en la sección de estadísticas DEIS. Como nuestro interés es dar revisión al crecimiento de la Teleconsulta en Chile, no se considera en esta oportunidad la producción de Teleinformes y Teleprocedimientos en la Red Asistencial.
Figura 1: Teleconsultas en la Red Asistencial, año 2020. Fuente: DEIS.
En la Figura 1 se observa el número de Teleconsultas realizadas por la Red Asistencial durante el año 2020. Según la información proporcionada por DEIS, en el año 2020 se realizaron 75.816 Teleconsultas médicas ambulatorias de especialidad, 16.121 Teleconsultas abreviadas (Tratamiento anticoagulante oral), 2.496 Teleconsultas medicas de urgencia en hospitales de alta y mediana complejidad; y 1.130 Teleconsultas ambulatorias en especialidad odontológica.
Por otra parte, se observa el aumento significativo de las Teleconsultas médicas ambulatorias por sobre otro tipo. Respecto a ellas, en el mes de marzo 2020, se observa una caída en la producción que coincide con la declaración de estado de excepción constitucional de catástrofe, por calamidad pública y la entrada en vigencia de medidas de protección para la población. Pero, a partir de mayo 2020, el numero de Teleconsultas médicas ambulatorias retoman sus valores pre-pandemia y sigue creciendo aceleradamente hasta llegar a casi duplicar el número de dichas teleconsultas a enero 2020, registrándose 8.843 teleconsultas en octubre 2020. En noviembre y diciembre 2020, el número comienza a descender (coincide con la reducción de contagios COVID-19 en Chile), pero se mantiene sobre las 8.000 teleconsultas mensuales. Esta situación es similar a lo que se ha descrito en otros países del mundo como por ejemplo Francia, donde después del primer confinamiento hubo una ralentización de las teleconsultas, pero el número siguió siendo más alto que en el período pre-pandemia.
Figura 2: Teleconsultas médicas ambulatorias de especialidad año 2020. Fuente: DEIS
En la Figura 2 podemos ver la distribución por sexo, especialidad y región de las 75.816 Teleconsultas medicas de especialidad realizadas en Chile el año 2020. Al revisar el dashboard podemos ver a las mujeres haciendo mayor uso de teleconsultas en el sector público que los hombres. Por otra parte, la gran mayoría de las teleconsultas se asocian a Medicina Interna (37,05%), seguido de Cardiología Adulto (6,82%), Dermatología (5,18%), Oncología Médica (5,01%) y Endocrinología Adulto (4,96%).
Respecto al área de Obstetricia y Ginecología, se observan teleconsultas médicas ambulatorias en Ginecología Pediátrica y de la adolescencia (3; 0,00%), Ginecología Adulto (586; 0,77%) y Obstetricia (312; 0,41%).
Las regiones donde se desarrollan mayor número de Teleconsultas son: Región Metropolitana (32.009; 82,74%), seguida de la Región del Bío Bío (9.422; 24,35%) y la Región de Los Lagos (6565; 16,97%).
Desafíos en la creciente oferta y demanda de teleconsultas
Existen diversos desafíos en la creciente oferta y demanda de Teleconsultas en la Red Asistencial, pero sólo profundizaremos en torno a la regulación, el financiamiento, y el capital humano.
Respecto a la regulación, se requiere un marco normativo que permita la práctica de la Telesalud y la Telemedicina, centrada en el paciente y que asegure calidad y seguridad. Si bien existen normativas aplicables por analogía (recomendamos leer el Capítulo 4 de los Lineamientos para el desarrollo de la Telemedicina y Telesalud en Chile), actualmente nos encontramos a la espera del "Reglamento sobre acciones vinculadas a la atención de salud realizada a distancia, empleando Tecnologías de la información y Comunicaciones" que el Ministerio de Salud puso a disposición de consulta pública en enero de este año. En cuanto a la calidad, en mayo de este año se publicó en el Diario Oficial una modificación de las Normas técnico administrativas para la aplicación del arancel FONASA en modalidad libre elección, donde se establece que las plataformas de Telemedicina deben ser certificadas.
Sobre el financiamiento, si bien hoy contamos con 60 códigos de financiamiento para prestación Teleconsulta y Telerehabilitación, es necesario avanzar en la autorización y financiamiento de teleconsultas para otros profesionales de la salud (en Francia, por ejemplo, se autorizó estas prestaciones la atención prenatal realizada por matronas y matrones).
El capital humano representa un pilar fundamental para integrar a la Red Asistencial, esta nueva forma de entregar prestaciones de salud a la comunidad, pensando en ampliar y descentralizar las instancias de otorgamiento de prestaciones. Si bien la Red Asistencial cuenta con capital humano en Santiago (Hospital Digital), es una excelente oportunidad para potenciar otros polos de desarrollo en regiones como en Talcahuano y/o Valdivia que cuenta con basta experiencia. Por otra parte, es necesario avanzar en la definición de perfiles profesionales de cara a consolidación de la Telesalud y la Telemedicina en nuestro país. Finalmente, la pandemia ha sido un motor de impulso en el crecimiento de la oferta académica, especialmente, en la formación de postgrado, sin embargo el mayor desafío es generar un primer acercamiento de estos tópicos en la formación de pregrado de profesionales de la salud, lo que sin duda generará un gran beneficio para la implementación de la salud digital en el país.