Laura Araya Cordoba
Teleconsultas en Chile: manteniendo el acceso a salud en el contexto de pandemia (II parte)

Hace algunas semanas atrás, publicamos la primera parte de este artículo que cuantifica el crecimiento significativo de las Teleconsultas en Chile. En la primera parte, revisamos la información del sector público de salud y en esta segunda entrega, revisaremos los datos del sector privado de salud chileno.
Para ello, realizamos una solicitud de acceso a la información (Ley de Transparencia) a la Superintendencia de Salud, con el fin de obtener el número de Teleconsultas realizadas en el sector privado de salud.
A continuación, revisaremos los datos entregados por la Superintendencia de Salud, cuya fuente de información corresponde al Archivo Maestro de Prestaciones Bonificadas para el período de marzo 2020 a abril 2021. Cabe señalar que solo se presentan los resultados para Isapres abiertas, utilizando los códigos FONASA Modalidad Libre Elección (MLE) y códigos propios de las Isapres, cuyos datos no han sido auditados ni fiscalizados.
Teleconsultas en el sector privado de salud
Según la información entregada por la Superintendencia de Salud, desde marzo 2020 a abril 2021 se han realizado 348.927 Teleconsultas médicas ambulatorias de especialidad.
Figura 1: Teleconsultas en la Sector privado, marzo 2020 a abril 2021.
Fuente: Superintendencia de Salud.
En la Figura 1 se observa el incremento sustancial del número de Teleconsultas en el sector privado de salud chileno desde marzo a julio de 2020. En marzo 2020, el número de Teleconsultas médicas ambulatorias de especialidad realizadas en el sector correspondían a 1.883, y un mes después, en abril 2020, éstas ya se elevaban a 8.215, para dar respuesta a la necesidad de consultas médicas en un escenario donde las restricciones de movilidad impedían una atención presencial similar a la etapa pre pandemia. El peak de Teleconsultas realizadas coincide con el período de mayor número de casos activos de COVID-19 en Chile durante los meses de junio y julio 2020 (34.316 y 40.900 teleconsultas por mes respectivo). Posterior a julio 2020, el número va decreciendo hasta las 18.068 teleconsultas durante el mes de diciembre 2020, que coincide con la baja de casos COVID-19, la mayor libertad a las personas para desplazarse y el inicio del período estival. En el mes de enero 2021, se realizaron 17.850 teleconsultas en el sector privado, mientras se da a conocer el calendario de vacunación masiva por COVID-19 y en el mes de febrero 2021, se registra el menor número de Teleconsultas realizadas desde el inicio de la pandemia (a excepción de marzo 2020), con un total de 16.314 teleconsultas realizadas. Con el retorno laboral y el inicio del año escolar en marzo 2021, Chile enfrenta un nuevo peak, superando los 7.000 casos en un día, y el número de teleconsultas vuelve a incrementarse en los meses de marzo y abril 2021, llegando a 32.979 en abril 2021, mes en el cual se alcanzó un nuevo peak histórico de casos COVID-19.
Figura 2: Teleconsultas en la Sector privado, marzo 2020 a abril 2021.
Fuente: Superintendencia de Salud.
En la Figura 2, se observa el número total de Teleconsultas médicas ambulatorias de especialidad realizadas entre marzo 2020 a abril 2021 y su distribución por sexo. Las Teleconsultas generadas por personas de sexo femenino corresponden al 51% (204.722) mientras que las Teleconsultas generadas por personas de sexo masculino corresponden al 49% (144.199). En cuanto al tramo etario, según datos de la Superintendencia de Salud, las personas entre 25 -34 años son quienes generan mayor número de Teleconsultas.
Respecto a la distribución por Isapres abiertas, las Isapres Cruz Blanca y Banmédica concentran el mayor número de Teleconsultas realizadas, con un total para el período analizado de 107.684 y 95.878 respectivamente. Nueva Masvida es la isapre con menor uso de Teleconsultas, con un total para el período analizado de 8.419.
Por otra parte, las especialidades donde se han realizado un mayor número de Teleconsultas en el sector privado difieren de aquellas que revisamos en el sector público. En el año 2020, si bien, coinciden en el primer lugar, las teleconsultas de especialidad Medicina Interna (27,71%), posteriormente, es seguida por teleconsultas de Psiquiatría Adulto en primera consulta (13,15%), Medicina electiva (11,31%), Dermatología (8,20%) y Neurología Adultos (4,10%).
Respecto al área de Obstetricia y Ginecología, se observan 8.420 teleconsultas realizadas en el año 2020 (3,37% del total de teleconsultas realizadas durante ese año) y 3.117 teleconsultas durante el período de enero a abril 2021 (3,13% de las teleconsultas realizadas durante el período).
Desafíos para el sector privado de salud
Nos parece interesante observar cómo avanzarán en la evaluación de Calidad de sistemas software en Telemedicina tanto las Isapres como los prestadores de salud privados.
Cabe recordar que las Isapres a través del contrato de salud financian como mínimo las prestaciones del arancel FONASA en Modalidad Libre Elección (MLE). Por motivo de la pandemia, a fines de marzo de 2020, FONASA generó un cambio en la normativa, modificando el reglamento técnico (Norma técnica administrativa) para las atenciones MLE y a través de una Resolución, facilitó que algunas consultas médicas de especialidad pudieran entregarse en la modalidad remota; esto, mientras durara el período de Alerta Sanitaria por COVID-19, sin embargo, durante este año, FONASA modernizó el arancel, incorporando en forma definitiva, las atenciones a distancia bajo los conceptos de: Teleconsulta y Telerehabilitación, por consiguiente, para seguir brindando atención remota una vez finalizada la Alerta Sanitaria, con relación a COVID-19, los prestadores deberán utilizar los códigos de las atenciones de Telerehabilitación o Teleconsulta debidamente inscritos en su convenio con FONASA. Dentro de los requisitos se contempla que los prestadores acrediten convenio con alguna de las plataformas o plataforma propia, previamente certificada por FONASA o a través de un tercero autorizado por FONASA, donde realizarán las atenciones de Teleconsulta o Telerehabilitación.
Otro desafío relevante tiene que ver con la predisposición de los beneficiarios/as a la Telemedicina. Un ejemplo sobre este desafío es pensar que sólo por el hecho de brindar prestaciones en Telemedicina podemos absorber la demanda de atención y disminuir listas de esperas. Algunos beneficiarios/as no están dispuestos a aceptar el nuevo paradigma que representa la Telemedicina, ya que deben confiar en la atención de un médico que no se encuentra físicamente y otra veces, no con la misma temporalidad (atenciones asincrónicas) y, por otro, prefieren seguir consultando al médico que siempre lo ha atendido presencialmente (que es parte de un prestador preferente de su contrato de salud y que no realiza Telemedicina). Aquí será necesario desarrollar un plan de difusión de los beneficios del uso de Telemedicina, que permita educar a la población.
Finalmente, la regulación, el financiamiento, y la formación del capital humano son desafíos que comparten con el sistema de salud público, además de la adopción de estándares y la interoperabilidad para el intercambio de información entre aseguradoras y prestadores.